¿Es más conveniente una estufa abierta o con vidrio? ¿qué estufas son más eficientes? ¿el pellet es mejor que la leña? ¿tenemos leña de buena calidad en Uruguay?
Un equipo interdisciplinario del IMFIA y del IIMPI de la Facultad de Ingeniería está trabajando en un proyecto financiado por ANII para generar información respecto a la utilización de estufas residenciales y combustibles utilizados. Uno de los objetivos del proyecto es montar un laboratorio para la evaluación energética y ambiental de las tecnologías de calefacción residencial a leña.
Antecedentes
En Uruguay se consumen en el entorno de 1.900.000 toneladas de leña anuales, de las cuales aproximadamente el 50 % tiene destino residencial. En este sentido, un 54 % de los hogares utilizan leña como fuente de energía para calefacción. En Montevideo se observaron en 2018 veinte superaciones del límite diario para la concentración de PM2.5 (Particulado con diámetro menor a 2.5 micrómetros) en aire, todas ellas en invierno. Por otra parte, en un estudio realizado por el IMFIA a partir de datos de calidad de aire en Montevideo concluyen que la principal actividad asociada a los eventos de elevada concentración de partículas es la calefacción a leña.
Atendiendo a esta situación, el Plan Nacional de Eficiencia Energética 2015-2024 prevé que del número de hogares que utilicen estufas a leña, el 25 % lo realice con tecnologías de alto rendimiento. Adicionalmente, establece analizar la conveniencia de la elaboración de normas, y de la incorporación al Sistema Nacional de Etiquetado de Eficiencia Energética a las estufas a leña de alto rendimiento (MIEM, 2015). En línea con esto, un equipo interinstitucional ha elaborado recientemente (2021) un manual que tiene por objetivo brindar información acerca del recurso renovable leña para promover su uso eficiente, saludable y seguro.
Estufas y leña en Uruguay
En nuestro país es extendido el uso de sistemas de calefacción residencial a hogar abierto (estufa tradicional), utilizando leña con elevados niveles de humedad, donde no se controla el flujo de aire necesario para la combustión. En estos sistemas de baja eficiencia, se produce una combustión incompleta lo cual da lugar a la emisión de altos tenores de contaminantes atmosféricos, en especial partículas.
Debido a la falta de caracterización de la calidad de la leña, en lo que respecta al contenido de humedad, su tamaño o su especie, el usuario, actualmente, no considera estas características en la elección del combustible y, como consecuencia, no se contemplan los posibles beneficios del uso de combustibles homogéneos y de bajo contenido de humedad. Por otra parte, las ventajas del uso de leña de menor contenido de humedad y de tecnologías más eficientes disponibles en el mercado, no están cuantificadas, y como consecuencia no se toma en consideración estos aspectos tampoco a la hora de elegir la tecnología de calefacción. Se dispone de escasa información cuantitativa que permita sistematizar los beneficios comparativos del uso de la leña seca, así como de otros combustibles en base a biomasa en distintas tecnologías de calefacción.
El proyecto de Fing
Basado en este problema, un equipo interdisciplinario del IMFIA y del IIMPI presentó en 2019 el proyecto FSE_1_2018_1_153015 a la ANII, con el objetivo de aportar a la generación de insumos que permitan tomar decisiones informadas respecto a la utilización de tecnologías de calefacción a biomasa de uso residencial, y a los combustibles utilizados para este fin.
En el marco del proyecto, se establecieron los siguientes objetivos específicos:
- Montar un laboratorio para la evaluación energética y ambiental de las tecnologías de calefacción residencial a leña,
- Realizar una caracterización de la leña comercializada,
- Evaluar la eficiencia energética y las emisiones atmosféricas asociadas a diferentes combustibles y tecnologías de calefacción
- Generar insumos para una futura normalización en materia de características de combustibles en base a biomasa.
¿Qué se espera?
Los investigadores tienen como meta aportar elementos para mitigar la contaminación atmosférica por partículas, dónde el uso de la leña ocupa un papel preponderante. En este contexto, el montaje de un laboratorio para el ensayo de tecnologías de calefacción es un insumo que fortalece las capacidades nacionales para hacer frente a esta problemática. Se espera que una vez en funcionamiento, el laboratorio sea el puntapié inicial para la profundización de líneas de investigación, y que también contribuya a la producción nacional y regional en materia de certificación y normalización.
El banco de pruebas de estufas constituye una herramienta que permite analizar la operación de distintos tipos de estufas y combustibles brindando información para la toma de decisiones con respecto a los costos de inversión y calidades de tecnología, costos y calidades de combustible, emisiones ambientales y calidad de aire interior. Se prevé la inauguración del laboratorio para el mes de noviembre de 2021.
A continuación se puede ver una nota con los investigadores del proyecto realizada en el programa SobreCiencia de TVCiudad.