Pasar al contenido principal

El decano de la Fing, Pablo Ezzatti, realizó una columna para la revista de la Asociación de Ingenieros del Uruguay

El decano de la Facultad de Ingeniería, Pablo Ezzatti, realizó una columna para la revista de la Asociación de Ingenieros del Uruguay titulada “Más ingenieras e ingenieros, un desafío para el Uruguay“, en donde expone algunos puntos de vista, dificultades y propuestas para apostar a incrementar el ingreso y egreso de ingenieras e ingenieros.

Acceder a la revista completa es posible mediante el siguiente enlace:
https://www.aiu.org.uy/_files/ugd/989f95_eb774f4b224840af9493a87de98fac0b.pdf


El artículo del decano Ezzatti se lee a continuación:


Más ingenieras e ingenieros, un desafío para el Uruguay


La ingeniería nacional vive un presente especialmente pujante, con un impacto global cada vez más significativo. Hoy, es habitual encontrar ingenieras e ingenieros uruguayos liderando grandes proyectos en áreas como energía, construcción, logística, electrónica o telecomunicaciones en diversos lugares del mundo. Este desarrollo también se aprecia en el sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), donde la Cámara Uruguaya de las Tecnologías de la Información (CUTI) estima que este sector alcanzará el 5% del PBI para 2025, generando miles de nuevos puestos de trabajo altamente calificados en todo el país. Otras áreas donde se destaca la importancia de la ingeniería para el país son la transformación de la matriz energética, donde Uruguay es un ejemplo a nivel mundial, y los avances en gobierno electrónico, donde nuestro país es referencia para la región.


Todo esto posiciona a la Ingeniería como un sector destacado en el futuro del mercado laboral, especialmente en un país donde el nivel de empleo no siempre está completamente resuelto, las áreas relacionadas con las ingenierías presentan pleno empleo -en conjunción con niveles salariales buenos- e incluso, en muchos casos, niveles de desempleo negativos. Esta situación, aunque a veces positiva para la inserción y los salarios de los egresados, es una importante limitante, tanto para el desarrollo de nuevos emprendimientos en el país, como para el crecimiento del sector productivo y su capacidad de inserción a nivel internacional. 


Algunas visiones del problema
Si bien no es nuevo el problema de la falta de profesionales en el área de las ingenierías (o, visto desde otra perspectiva, el bajo egreso de las formaciones asociadas), en los últimos años esta situación se ha visto recrudecida. En esta línea, la Asociación de Ingenieros del Uruguay (AIU) viene trabajando en el desarrollo del Observatorio de Ingeniería, instrumento que permitirá tener datos más precisos de cada sector. Además de la escasa cantidad de técnicos que se forman es estas áreas, el problema se intensifica debido a las políticas de distintos países (en especial países desarrollados) para captar personal altamente calificado con particular foco en los profesionales relacionados a las ingenierías. 


La Facultad de Ingeniería (Fing) de la Universidad de la República (Udelar) participa en el dictado de 24 carreras de grado entre tecnólogos, licenciaturas e ingenierías, con una matrícula creciente en las últimas décadas, donde pasamos del orden de 1000 ingresos en los años 2000 a alrededor de 2100 nuevos estudiantes en la actualidad. Este crecimiento ha sido especialmente vertiginoso en los últimos 5 años, donde se aumentó en 500 los ingresos. Cuando desagregamos este aumento en la matrícula, tampoco es parejo entre las diferentes carreras. Específicamente, gran parte del crecimiento se debe a la evolución de la formación en Ingeniería en Computación; por ejemplo en 2023 representó más del 50% de las inscripciones cuando en 2015 era el 36% de los nuevos estudiantes. Este aspecto relativiza el aumento en los ingresos a varias ingenierías e, incluso, en muchas carreras se puede corroborar una disminución en la cantidad de estudiantes que ingresan. 


En los últimos años, diversos factores han desgastado aún más la situación planteada. Por un lado, los años de pandemia han generado un debilitamiento en la formación a nivel de educación media (de manera heterogénea entre las diversas instituciones) de varias generaciones de estudiantes. Esta situación ha generado que disminuyan los niveles de aprobación y aumenten los niveles de recursado en las asignaturas de los primeros años, deteriorando todavía más la relación cantidad de estudiantes por docente. Adicionalmente, el explosivo aumento de la matrícula en la Udelar en general, pero en la Fing en particular, junto con un presupuesto universitario congelado han implicado una disminución importante en las capacidades para afrontar esta realidad. Otro aspecto que hay que considerar es que las ingenierías suelen presentar tasas de abandono superiores a otras formaciones universitarias. Un componente adicional, que disminuye de forma notable el egreso, es el rezago de los estudiantes en las carreras. Esta situación aumenta los tiempos de egreso en forma considerable con respecto a los tiempos nominalmente definidos en los planes de estudio, teniendo como efecto indirecto un aumento en los tiempos de los procesos formativos. Por otro lado, si bien el rezago es una problemática multicausal, el pleno empleo también ha presionado al sector productivo a la contratación de estudiantes en etapas más tempranas de sus formaciones.


Planes para revertirlo
Independientemente de que los aspectos antes descritos han sido abordados en forma ininterrumpida por la Facultad en las últimas décadas, en el año 2023 se puso especial foco en este problema y se definió un plan de acción para los siguientes 2 años. El principal objetivo del plan es disminuir tanto el abandono como el rezago en las primeras etapas de los trayectos universitarios, buscando acompañar mejor la transición entre la educación media y la formación universitaria y, por lo tanto, avanzar en el aumento en el egreso de ingenieras e ingenieros. 


El plan incluye diferentes líneas de acción complementarias, algunas de las principales son:

  1. Establecer dos trayectos para el primer semestre de las carreras: se buscó mejorar la transición de la educación media a la Fing. Para ello, según los resultados de la prueba diagnóstica que históricamente se realiza en la Facultad, se sugiere una trayectoria tradicional o una focalizada en los primeros cursos. La trayectoria focalizada incluye un curso de nivelación en matemática (Matemática Inicial), donde la relación entre la cantidad de estudiantes por docente es significativamente menor a los otros cursos de los primeros años de Facultad. Además, en los equipos docentes del curso de nivelación se incluyeron docentes de los institutos técnicos. Este curso requiere asistencia obligatoria, ya que se espera una participación activa de los estudiantes, y emplea estrategias de evaluación continua. Se complementa la trayectoria focalizada con dos cursos más, uno de los cuales es de carácter técnico relacionado con cada una de las carreras.
     
  2. Aumentar la coordinación entre los cursos del primer semestre: se avanzó en normalizar algunas características de los cursos de primer año y aumentar la coordinación entre ellos. Se definió la duración de las clases, se coordinaron horarios entre los diferentes cursos, así como la asignación de salones, se definieron metodologías de evaluación similares entre los cursos de igual semestre, se establecieron coordinaciones anuales de los cursos bisemestralizados, etc.
     
  3. Reforzar trayectos iniciales en el interior: en los últimos años desde la Fing se aumentó la oferta académica de carreras en las sedes de la Udelar del interior. Así, contamos actualmente con las siguientes carreras completas: Ingeniería Forestal (CENUR Noreste – Tacuarembó), Tecnólogo en Madera (CENUR NE – Rivera), Lic. en Computación (CENUR Litoral Norte), Lic. en Ingeniería Biológica (CENUR LN – Paysandú), Lic. en Recursos Hídricos y Riego (CENUR LN-Salto), Tecnólogo Industrial Mecánico (CENUR LN – Paysandú) y Tecnólogo en Telecomunicaciones (CURE – Rocha). Además la Fing es responsable, junto a la UTU y la UTEC, del dictado del Tecnólogo Informático en las ciudades de San José, Paysandú y Maldonado.

    Adicionalmente, en 2023 las comisiones de las carreras que se dictan en Montevideo realizaron un relevamiento de las ofertas académicas disponibles en las sedes de la Udelar en Paysandú y Salto (CENUR LN), Rivera y Tacuarembó (CENUR NE), y Maldonado y Rocha (CURE) que pueden ser compatibles con nuestros planes de estudio. En base al relevamiento realizado se estructuraron trayectos iniciales de todas las carreras que se dictan en Fing en cada una de las sedes. Así, dependiendo de la carrera y la sede, se puede avanzar en una cantidad distinta de semestres de estudio (entre 1 y 6 semestres) sin la necesidad de trasladarse a Montevideo para el inicio de la formación. Esta nueva oferta, denominada “Trayectorias Ingeniería”, es un paso importante tanto para allanar los primeros semestres para aquellos estudiantes que en el contexto anterior se hubieran trasladado a Montevideo, como para ampliar la convocatoria a nuevos ingresos al comienzo de la formación en Ingeniería en todo el territorio. 
     
  4. Acercar asignaturas técnicas al inicio de las carreras: se buscó adelantar cursos técnicos en las diferentes carreras, en especial en las trayectorias focalizadas. En cuanto a impacto, medido en el número de estudiantes involucrados, el mayor cambio es el dictado de Programación 1 y Programación 2, de la carrera Ingeniería en Computación,  que antes se ofrecían en el segundo y tercer semestre y pasaron al primer y segundo semestre respectivamente. 

    Al cierre de la redacción de este artículo se están procesando las últimas inscripciones del primer semestre de la generación 2024. Todo indica que estaremos en un año récord de inscripciones en la Facultad, con un 10% más que el año que se alcanzaron más inscripciones. También se observa que muchos estudiantes han seguido las sugerencias planteadas en cuanto a las trayectorias focalizadas, teniendo más de 1000 inscripciones al curso Matemática Inicial. Estas noticias alentadoras son un muy buen primer paso, pero somos conscientes de que falta mucho por hacer. 

Más ingenieras e ingenieros, un objetivo país
Más allá de los esfuerzos que se están desarrollando en la Udelar y en otras instituciones educativas, aumentar el número de ingenieras e ingenieros y mejorar la calidad de la formación debe ser un objetivo prioritario para el país. 

Es necesario diseñar políticas que incentiven la formación en el campo de las ingenierías y carreras tecnológicas asociadas. Un ejemplo claro en esta dirección fue, en el año 2018, la creación por parte de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) del Fondo de Fomento a las Ingenierías (FFI). Este fondo permitió a las facultades de ingeniería del país llevar adelante esfuerzos coordinados durante 3 años, donde se trabajó en cursos de nivelación de asignaturas básicas, vinculación de proyectos de fin de carrera con el sector productivo, mejoramiento de la infraestructura de enseñanza y en acercar a niñas y adolescentes a las carreras tecnológicas. Es importante destacar que las carreras de Ingeniería están fuertemente masculinizadas, en el entorno del 75% de las nuevas inscripciones a la Fing son varones. En cambio, a nivel general de la Udelar es mayor el porcentaje de inscripciones de mujeres que varones, como ejemplo, en 2022 el 64% de las inscripciones fueron de mujeres. Revertir esta situación abre otra posibilidad de extender fuertemente las matrículas de las carreras técnicas. 

También es necesario aumentar la coordinación entre los diversos actores. En la academia debemos facilitar la movilidad entre las diferentes opciones del sistema, mejorando la información de las diferentes ofertas de carreras y coordinando medidas para mitigar las dificultades en las transiciones interinstitucionales de los estudiantes. Con el sector productivo, debemos buscar que las necesidades de emplear personal en etapas formativas impacten (de manera negativa) lo menos posible en los procesos de formación. Con el estado, la Udelar y otros actores debemos establecer medidas de promoción de estas formaciones; por ejemplo, sería muy positivo intensificar las políticas de becas en los últimos años de las formaciones medias (Secundaria y UTU) y los primeros años de las carreras técnicas.

Finalmente, estamos muy lejos de las tasas de ingenieras e ingenieros por millón de habitantes que presentan los países desarrollados, de 4 a 6 veces más que Uruguay; pero esta debilidad también existe con relación a los países vecinos que tienen 1,5 a 3 veces más ingenieros por habitante. En este contexto, es imperioso que el Uruguay defina objetivos ambiciosos que nos permitan, al menos, duplicar el egreso de ingenieras e ingenieros en el corto plazo. La Facultad de Ingeniería, junto con otros actores del ecosistema, está tomando acciones con este objetivo, pero advertimos que la no definición de medidas en este sentido no solo impactará en la actualidad, sino que profundizará debilidades para el país en las próximas décadas. Todos y todas debemos trabajar para que nuestro país esté preparado para liderar los procesos de cambio y, por eso, es necesario sensibilizar al resto de la sociedad sobre la importancia de contar con más ingenieras e ingenieros.

 


Dr. Ing. Pablo Ezzatti
Decano de la Facultad de Ingeniería 
Universidad de la República