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Octubre de 1892 - Montevideo, una ciudad europeísta y con la mayoría de su población inmigrante, se vestía de gala para festejar el IV centenario del descubrimiento de América. Los días previos al miércoles 12 de octubre estaban colmados de eventos, actos y celebraciones, entre los que destacaba la Colación de Grados (sic) de la Universidad de la República programada en el Teatro Solís a las 20 horas del domingo 9 de octubre. En ese solemne acto, que concitó gran interés en la sociedad de la época, el Uruguay recibía su primera generación de ingenieros nacionales e ingresaba a una nueva etapa hacia la modernidad.
Pero esta historia comienza décadas antes, en los primeros pasos de la nación, con la Ley del 11 de junio de 1833, promovida por el senador Dámaso Antonio Larrañaga, que sentaba las bases para la creación de La Casa de Estudios Generales y, posteriormente, Universidad Mayor de la República. La inestabilidad política, la guerra civil y las dificultades económicas hicieron que la Universidad de la República se instalara recién el 18 de julio de 1849, a través de un decreto promulgado por el presidente Joaquín Suárez en medio del sitio de Montevideo.
En 1885, entre debates de espiritualistas y positivistas, es aprobada la Ley Orgánica de la Universidad de la República que, en su artículo 11, establecía que estaría formada por las facultades de Derecho y Ciencias Sociales, Medicina y Ramas Anexas, y Matemáticas y Ramas Anexas. En 1887 se aprueba el Reglamento General de Enseñanza Secundaria y Superior que establecía, entre otras cosas, el plan de estudios de la novel institución y los títulos a otorgar: Ingeniero de Puentes, Caminos y Calzadas (cuatro años de duración), Arquitecto (cuatro años), Ingeniero Geógrafo (tres años) y Agrimensor (dos años). Quedaron por fuera en una primera instancia el Doctorado en Matemáticas y las carreras de Ingeniero Civil, de Minas e Industrial.
La decana de Ingeniería, María Simon, recordaba en la publicación «100 años de Facultad de Ingeniería: 125 años de Ingeniería Nacional» que en el siglo XIX los parlamentarios discutieron «si crear una facultad, contratar extranjeros o mandar estudiantes al exterior, porque se pensaba que se necesitaría muy pocos ingenieros. Aunque parezca increíble, estas ideas vuelven referidas a los posgrados, a la investigación o a algunas tecnologías».
El 1 de marzo de 1888 comenzaba oficialmente sus cursos la Facultad de Matemáticas y Ramas Anexas. Según las crónicas, 15 alumnos fueron parte de la primera generación, entre quienes se destacan los nombres de: José Serrato, Eduardo García de Zúñiga, Pedro Magnou, Manuel Milans, Federico Abadie y Miguel Horta.
Los primeros años de la Facultad no fueron sencillos, pocos docentes, falta de recursos y escepticismo en la calidad y necesidad de tener ingenieros nacionales. Como señala José Serrato (1936): «No había en el país un concepto claro y definido de lo que era la profesión de ingeniero. Predominaba la idea, con todo, de que era un técnico, no necesario todavía, encargado de resolver problemas constructivos y científicos. No se sabía que tenía también que afrontar y resolver problemas sociales y económicos ya que aquéllos, casi siempre, se relacionan con el factor humano y con la riqueza. Pero reconozcamos que tampoco se podía haber tenido otro concepto del ingeniero, dada la cultura dominante y, sobre todo, la orientación general que la había dirigido».
A la poca disponibilidad de profesionales, se sumaba que no había rubros para sueldos, por eso, entre otros, Ignacio Pedralbés, Ricardo Camargo, Nicolás Piaggio, Jaime Roldós y Pons y Claudio Williman se ofrecieron para encargarse por todo el año en forma honoraria de la dirección de las cátedras de la Facultad y el dictado del curso de agrimensura. Resulta interesante repasar las asignaturas del primer plan de estudios de Ingeniero de Puentes, Caminos y Calzadas. Primer año: Álgebra superior y Trigonometría Esférica, Geometría descriptiva 1er curso, Física Superior, Dibujo lineal hasta copiar los órdenes de la Arquitectura y Dibujo Topográfico Lavado. Segundo año: cálculo Diferencial e Integral, Geometría Descriptiva 2do curso y trabajos gráficos, Geometría Analítica, Materiales de Construcción, Dibujo ornato y arquitectura. Tercer año: Mecánica Racional, Cinemática y resistencia de materiales, Construcción 1er curso, Topografía y trabajos gráficos, Motores y máquinas empleadas en la construcción. Cuarto año: Química Analítica, Construcción 2do curso y Arquitectura, Ferrocarriles, Navegación de ríos. Puentes y faros, Economía Política, Derecho Administrativo y Legislación aplicable a obras públicas. Proyectos.
A pesar de todos estos obstáculos y dificultades, el 9 de octubre de 1892 la Universidad celebró la primera promoción de ingenieros en un acto conjunto con doctores y bachilleres. Como recuerda la crónica del Diario El Día: «El éxito de la fiesta desde el primer momento se vio que estaba asegurado, como el de todas las de su género. A las 8 de la noche ya la concurrencia era enorme. A las 8 y 12 el teatro, completamente lleno, se negaba a recibir más gente (...) Hubiera dicho, quien no estuviese en antecedentes, al ver aquel espectáculo, que en Solís se estrenaba anoche alguna celebridad descomunal».
En esa colación hicieron uso de la palabra, junto al Ministro de Fomento, Juan Alberto Capurro y el rector de la Universidad, Alfredo Vásquez Acevedo, los tres primeros egresados: José Serrato, Eduardo García de Zúñiga y Pedro Magnou. Resulta muy interesante repasar sus palabras, porque reflejan un pensamiento adelantado a su tiempo con una gran conciencia humanista y desarrollista:
Poco importa que el territorio de nuestro país sea pequeño, si fomentado en él ciencias, artes e industrias, abriendo nuevas carreras al trabajo y a la inteligencia, llevando a cabo obras públicas conseguimos aprovechar todas las fuentes productivas de su suelo. Que al fin la medida de la grandeza de una nación, sólo debe buscarse en el grado de actividad y cultura de su pueblo, en el más o menos perfecto desarrollo de todos sus organismos vitales. En la talla moral e intelectual de sus hombres.
Eduardo García de Zúñiga
Los impuestos destinados al desarrollo y conservación de las vías de comunicación no son gravosos, si bien se miran: son cimientos que encierran en potencia la grandeza y prosperidad de las naciones -grandeza y prosperidad que redundan siempre en provecho del bienestar individual.
José Serrato
La Ingeniería, que separa continentes y perfora montañas, canaliza ríos, abre puertos, salva con puentes los abismos, extienda redes de caminos, improvisa ciudades, rige la industria extractiva, impulsa la manufacturera; la ingeniería que
excita con su influencia todas las fuerzas vitales de las naciones, es la omnipotencia del genio tomando forma en las más portentosas maravillas, es la fuerza del progreso que se impone.
Pedro Magnou
Con sus primeros egresados, la Facultad de Matemáticas y Ramas Anexas debía jugar un rol central en la concreción de una nación moderna y formar profesionales que pudieran dar respuesta a los problemas científicos y técnicos del país, con un sentido crítico de la realidad nacional. García de Zúñiga, Serrato y Magnou fueron los pioneros de una serie de notables profesionales que fueron fundamentales en la construcción del país que tenemos.
Fuentes consultadas
- 100 años de Facultad de Ingeniería: 125 años de Ingeniería Nacional (2016)
- 75 primeros años en la formación de los ingenieros nacionales. Historia de la Facultad de Ingeniería [1885-1960] (2014)
- Revista: "Temas de la Facultad de Ingeniería", Año 1, número 1 (1992)
- Breve historia de la Universidad de la República (1998)
- Estos textos se pueden encontrar en: https://www.fing.edu.uy/es/comunicacion/publicaciones
Este artículo fue escrito por el Asistente Académico de Fing, Ulises Travieso para la revista de la Asociación de Ingenieros del Uruguay (Diciembre de 2020): https://www.aiu.org.uy/publicaciones
El Área de Comunicación (AC) de la Facultad de Ingeniería (Fing) de la Universidad de la República (Udelar) se encuentra en la Base Científica Antártica Artigas, ubicada en la Isla Rey Jorge (https://goo.gl/maps/7XvuH1S7WzpShyUw5). El equipo está desarrollando un proyecto para documentar y difundir la actividad científica que realizan los investigadores uruguayos en el continente blanco.
La iniciativa del Área de Comunicación, integrada por Federico Gonda, Sofía Lagomarsino y Ulises Travieso, fue la ganadora del llamado “Difusión de la actividad uruguaya en la Base Científica General Artigas” promocionado por el Instituto Antártico Uruguayo.
Un viaje pospuesto
El llamado, del que resultaron ganadores, fue realizado en 2019 y el viaje estaba programado para 2020. La pandemia obligó a posponer el viaje hasta este 2022, que se concretó en dos tramos volando el 11 de diciembre de Montevideo a Punta Arenas y el 12 de diciembre de Punta Arenas a la Isla Rey Jorge. Los funcionarios tienen marcado su regreso junto con parte de la delegación para el 10 de enero de 2023.
La ciencia necesita contarse
La postulación del AC, que contó con el aval de la Facultad, busca llevar la comunicación científica más allá del entorno universitario y aportar en la difusión de las actividades de la Universidad como uno de los mayores generadores de conocimiento del país. Esta propuesta tiene un carácter integral y pretende mostrar la importancia que tiene para la humanidad la ciencia, haciendo foco en los proyectos uruguayos en suelo Antártico. Para eso plantean generar una serie de productos y contenidos audiovisuales como videos, podcasts, contenidos cortos para redes, fotogalerías, artículos periodísticos y documentales que sirvan para acercar al público general a la actividad científica antártica.
El Tratado Antártico pone a la ciencia en su lugar
Uruguay es unos de los 54 países signatarios del Tratado Antártico. El 11 de enero de 1980 fue aceptado como miembro adherente del Tratado Antártico y el 7 de octubre de 1985 como miembro Consultivo. Como tal le corresponden cooperar y formar parte de la toma decisiones y administración del continente junto a potencias como Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido, China o Rusia, pero también el deber de preservar la paz y dedicar esfuerzos a hacer ciencia de calidad.
El Tratado Antártico se firmó en 1959 y entró en vigor en 1961. Fue firmado por los doce países que habían desarrollado actividades científicas en la Antártida y sus alrededores durante el Año Geofísico Internacional (AGI) de 1957-1958: Argentina, Bélgica, Chile, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Sudáfrica, Unión Soviética, Reino Unido, Irlanda del Norte y Estados Unidos.
Más información
El pasado 7 de diciembre, la decana María Simon le otorgó el título de Doctor Honoris Causa de la Facultad de Ingeniería al Profesor Roberto Markarian. El evento, que se realizó en la Sala de Actos Eladio Dieste, contó con una gran concurrencia de público entre los que había familiares, amigos e integrantes de la comunidad universitaria.
Roberto Markarian
Markarian es Licenciado en Matemática (1985) por la Universidade Federal do Rio Grande do Sul, misma institución donde obtuvo su Maestría en Matemática (1986). Luego realizó un Doctorado en Matemática en el Instituto de Matemática Pura e Aplicada de Río de Janeiro (1990). y un posdoctorado en la Academia de Ciencias de Rusia (1991).
Dentro de su accionar institucional fue docente de las Facultades de Ingeniería, Ciencias, Ciencias Económicas y de Arquitectura desde 1967; Investigador Grado 5 del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas PEDECIBA desde 1987; integrante del Comité de Ética del PEDECIBA; Secretario de la Unión Matemática de América Latina y el Caribe (UMALCA) (1995-2001), Miembro del Comité Ejecutivo y Coordinador del Consejo Científico de la UMALCA (2009-2014); representante a la Asamblea General del Claustro (AGC) y al Consejo Directivo Central (CDC) y rector de la Universidad de la República en el período 2014 al 2018.
Como escribe Rafael Potrie en el documento sobre las contribuciones de Roberto Markarian a la ciencia y la construcción institucional presentado al Consejo: Markarian es un investigador de referencia a nivel mundial en el estudio de billares caóticos, una rama particularmente importante de la teoría ergódica diferenciable. Sus contribuciones yacen en la intersección de la probabilidad, los sistemas dinámicos y la física matemática. No es común encontrar un trabajo relevante en el área que no haga referencia a varias de las importantes contribuciones de Markarian. Su libro junto a Chernov es la referencia obligada del tema y reúne además de sus contribuciones una síntesis impresionante del área completa. Además agrega que dirigió varias tesis de grado y posgrado, lideró grupos de investigación y llevó adelante eventos y encuentros internacionales.
La argumentación completa del Dr. Potrie se puede leer en: https://rm-dhc.cmat.edu.uy/justification/documents
Ver galería completa de fotos en: https://www.fing.edu.uy/es/node/48354
Video completo de la ceremonia
Del 19 al 30 de diciembre funcionará un espacio de recreación para niños y niñas entre 3 y 12 años que estén a cargo de estudiantes, funcionarios TAS o docentes de la Fing. El espacio dispone de cupos para cada semana. Es necesario que los niños que asistan tengan independencia para ir al baño y no usen pañales.
Funcionamiento
El espacio funcionará de lunes a viernes, de 10 a 18 h en el salón 031. Es necesario que los padres, madres o tutores retiren a los niños en el horario de 13 a 14 h para el almuerzo, no pudiendo permanecer en los salones asignados para el espacio durante este período.
También es requisito que el padre, madre o tutor se encuentre en el predio de Facultad, con un teléfono disponible para ser contactado y asistir al salón en caso que así se requiera.
Inscripciones
Las inscripciones al espacio se realizarán desde el miércoles 7/12/22 al martes 13/12/2022 a través del siguiente formulario:
El día 15/12/2022 se confirmarán las inscripciones según los cupos. Tendrán prioridad los hijos de estudiantes, funcionarios TAS y docentes de la Fing.
Por consultas
- Al correo electrónico: espacio_recreacion [at] fing.edu.uy