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Institucional

Instituto de Matemática y Estadística desde sus inicios hasta el día de hoy

“Las condiciones materiales en que debieron darse los primeros pasos no podían ser más paupérrimas: el local se reducía a un viejo salón de clase dividido por tabiques de madera, el mobiliario había sido cedido por otras dependencias de Facultad, la partida de gastos anual se reducía a quinientos pesos; el director R. Laguardia y su principal colaborador J. L. Massera trabajaron durante años en forma honoraria y recibieron luego un pequeño aumento en sus sueldos docentes”.

Pese al contexto austero, la aprobación en 1942 por parte del Consejo de Facultad de Ingeniería de la creación del Instituto de Matemática y Estadística (IME) significó la cristalización de la idea de Rafael Laguardia (a quien corresponden las palabras iniciales) de crear un instituto que cultivara el estudio académico de la matemática a través de la investigación y una enseñanza de calidad de esta disciplina. Laguardia había estudiado matemática en Francia a fines de la década de 1920, teniendo como profesores a destacados matemáticos como Goursat, Picard y Borel, entre otros. En la década del treinta formó un pequeño grupo de estudio de matemática integrado por jóvenes entusiastas (Massera, Cotlar, Infantozzi, Castagnetto, Petracca, Vales) que, de manera bastante informal, autodidacta y algo caótica, reuniéndose en distintos ámbitos (entre otros, en la casa de Laguardia, que para ese entonces había logrado formar una importante biblioteca técnica) iba realizando un proceso de acumulación de conocimientos matemáticos. Este grupo buscó un ámbito donde institucionalizarse, y Rafael Laguardia visualizó la Facultad de Ingeniería como el lugar donde concretar el proyecto.

Años más tarde se incorporarían Schaeffer, Lumer, y algunos años después Lewowicz, que comenzaron siguiendo la línea de investigación de Massera en ecuaciones diferenciales. Villegas inicia la investigación en Probabilidad y Estadística, línea a la que se incorporaría tempranamente Cabaña y posteriormente lo harían Wschebor y Pérez-Iribarren. Fueron ellos quienes consolidaron con el correr de los años esta área. Por su parte, Jones inicia la investigación en Álgebra, haciendo su propio camino, compartiendo resultados con Lumer y Schaeffer en publicaciones de la facultad. Años después se incorporarían Arocena, Ferrer, y Markarián. Arocena influído por Gandulfo (matemático de la generación anterior que falleció siendo muy joven) se dedicó al Análisis y luego trabajó en teoría de operadores con Mischa Cotlar. Ferrer tomó el camino del Álgebra, y junto con Jones desarrollaron esta área en nuestro país. Markarian impulsaría años después, junto con Lewowicz, la escuela de sistemas dinámicos. Es así como en la década del 60 comienzan a definirse las áreas fundamentales de trabajo en matemática en Uruguay.

Desde sus inicios el IME se destacó por proponerse llegar a ser un centro de excelencia en matemática con énfasis en la investigación y por promover un desarrollo científico de calidad dentro de toda la Universidad. Esta disposición a ser exigentes en el trabajo científico la trasmitió tanto a los estudiantes de ingeniería que asistieron a sus cursos de la Facultad como a los que llegaron a él por su vocación por la matemática, y en él realizaron la mayor parte de su formación como matemáticos.

La comunidad matemática a la que dio lugar aquel grupo de estudio se encuentra en el Instituto creado a instancias de Laguardia (hoy Instituto de Matemática y Estadística Rafael Laguardia (IMERL) con aproximadamente 90 docentes), en el Centro de Matemática de la Facultad de Ciencias (en el entorno de 55 docentes) y recientemente se ha extendido al Departamento de Matemática y Estadística del Litoral (DMEL) (con 15 docentes), al Departamento de Matemática y Aplicaciones del CURE (con alrededor de 5 docentes)  y al proyecto Modelización y Análisis de Recursos Naturales (MAREN) (con 2 docentes). La puesta en marcha de estos últimos tres proyectos de descentralización se debe a un gran esfuerzo y trabajo de organización de los profesores Vieitez, Ferrer y Perera, respectivamente. 

Dicha comunidad cuenta con grupos de investigación en Álgebra, Análisis, Aplicaciones de la Matemática, Fundamentos de la Matemática, Geometría, Probabilidad y Estadística, Sistemas Dinámicos, Teoría de Grafos y Teoría de Números. El haber contribuido fuertemente a formar una comunidad integrada por varias generaciones de matemáticos es, sin lugar a dudas, la principal contribución del Instituto a la Universidad y al país.

Desde el IMERL, en los últimos años el Laboratorio de Probabilidad y Estadística ha hecho importantes contribuciones a la actividad nacional, a través de convenios con empresas públicas, proyectos conjuntos con empresas públicas y privadas. Entre ellos se destacan proyectos vinculados a la planificación energética, a las telecomunicaciones, a la salud, a la producción de las industrias cárnica y láctea, al tráfico portuario y problemas aduaneros, a la predicción de caudales de aporte a nuestras represas hidroeléctricas y al funcionamiento de algunos casinos municipales. Dicha actividad, sostenida e intensa de los últimos años es una prueba de compromiso con los problemas nacionales. 

La participación del IMERL en al menos cinco posgrados de nuestra universidad: Diplomatura en Matemática (ANEP – UdelaR), Maestría en Ingeniería Matemática (UdelaR), Maestría en Bioinformática, Maestría en Matemática, Doctorado en Matemática (los últimos tres de PEDECIBA-UdelaR), refleja el compromiso con la formación de excelencia. En especial, en los últimos años, el impulso de la Maestría en Ingeniería Matemática, con énfasis en la transversalidad del conocimiento científico y técnico, ha sido otra de las principales contribuciones del Instituto.